domingo, 4 de diciembre de 2016

CANTO I, 100





Dichas estas palabras, se sentó. Levantóse al punto el poderoso héroe Agamenón Atrida, afligido, con las negras entrañas llenas de cólera y los ojos parecidos al relumbrante fuego; y, encarando a Calcante la torva vista, exclamó: ¡Adivino de males! jamás me has anunciado nada grato.”  

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