“Así dijo. Los argivos promovían gran clamoreo, como cuando las olas, movidas por el Noto, baten un elevado risco
que se adelanta sobre el mar y no lo dejan mientras soplan los vientos en
contrarias direcciones. Luego, levantándose, se dispersaron por las naves,
encendieron lumbre en las tiendas, tomaron la comida y ofrecieron sacrificios,
quiénes a uno, quiénes a otro de los sempiternos dioses, para que los librasen
de la muerte y del fatigoso trabajo de Ares.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario